lunes, 11 de febrero de 2008

La de Londres! sonrío!

Y el sol aparecio en la ventana, como anunciando el amanecer de un dia glamoroso, el mejor de todos... esa fue una sonrisa que devolvio cada latido a un cuerpo que poco a poco perdia calor. No me podría molestar contigo lokon! esas 6 palabras me llevaron tanto al cielo como al infierno... ascendí debido a la tranquilidad de saberte bien y saber que no vas caminando ni repartiendo la luz de tus ojos por el mundo molesta conmigo... desdendí porque no te vi, porque realmente necesitaba iluminarme contigo, conversar... pero bueeeno... ya nos veremos por abbey road o por Standford Bridge, para ver jugar a los gunners.. porque a la del Chelsea ni a balas eh!!
un beso enorme!!
y gracias!

Para la mujer de la mirada de mil km detrás que está en londres

El silencio me envuelve. Tu silencio me debora lentamente, como una enfermedad degenerativa, que poco a poco me deja sin movimiento, sin ganas de respirar . No hay palabras, acciones, ni algo que pueda hacer para lograr revertir el tiempo e ir a tu encuentro, a escuchar el here comes the sun de tus ojos de mil metros atrás, como siempre dije. Ahora, a millones de kilómetros y con 7 horas de diferencia, no me queda otra, solo puedo escribir, una y mil veces si lo deseas que lo siento. Debo hacerte recordar que no existe dia en el que al ver el sol no recuerde esa profundidad que tienen ese par de atardeceres que llevas debajo de tus cejas, y que no hay momento en el que no busque siempre, al ver la noche o el dia despertar, la ventana por la que siempre nos vemos y logramos decirnos tantas veces que nos queremos, de la forma más pura que existe.
Disculpa si no pude ir, si no pude mirarte a los ojos ni abrazarte, si aún no te muestro esa canción que te debo, solo te hago recordar algo, puede que no nos veamos, puede que no nos abracemos, pero siempre estaré ahi, aqui, allá, donde estes y donde yo esté.

miércoles, 6 de febrero de 2008

cosas que pasan...



Quedé sin palabras. Mi voz se apagó tan de golpe que ni cuenta me di del silencio, solo pensé y pensé que no habia forma de entenderte. Trataba de solucionar el enigma de cómo poder recuperar la calma q me hiciste perder, y entre mis "que mierda todo esto, que mierda todo", pensaba en lo increible que es ver cómo todo ese sentir ilogico e irreal, lo puedes terminar de golpe... antes de iniciarlo de forma formal...
Qué mierda cada frase absurda, cada palabra iriente, cada reclamo, cada discución que me ahoga y que me hace sentir mal. Me siento como en un cuarto que se va llenando cada vez mas de mierda, y lo peor de todo es que no se nadar, y la mierda ya está llegando a mi nariz... y creo que poco a poco voy perdiendo las ganas de respirar...y pienso por momentos si debo seguir matando y dañando algo tan increible o debo quizá acabarlo de golpe para no sufrir mas? morir de cáncer o de suicidio?? no lo sé, lo que yo pediría como enfermo terminal es un buen balazo en medio de la frente... pero no sé si este amor no nato pueda decir o pedir lo mismo.. o si?
la balsa cada vez se aleja más de tu orilla, empujado por tu marea, que me lleva y lleva entre una brea espeza por un derrame terrible de confusión y confusión...
suele pasar no?

lunes, 4 de febrero de 2008

ella...

Ella caminaba frente a mi. Avanzaba suavemente, acariciando el piso con sus pies descalzos, haciendo formas de corazones en la arena. Siempre con una expresión dulce en sus ojos cafés, que llevaba el sabor de ese café que me despertaba por las mañanas, que me devolvía el insomnio en cada noche
Ella seguía su andar con un gesto tan dulce que era como una caricia para quien la pudiese mirar en ese momento. Sus ojos, como dos hojas perdidas en el viento se posaron en la infinidad de cuerpos que paseaban por aquel paraje oscuro, nocturno, que se embellecía con su presencia tranquila, dulce y tierna. Y ella se detuvo.
Yo, un simple observador descalzo de su piel bronceada y perfecta, en mitad de la playa guardaba en mis labios resecos cada palabra que ella me brindaba y me quitaba a cada segundo con un simple respiro, con su simple presencia.


Ella, era un sinfín de expresiones, en cada movimiento cadente de sus caderas habían más sensaciones

Ella seguía con ese andar encantador, cautivando
Y ella me miró.
Afortunadamente me miró.