lunes, 14 de abril de 2008

1996 (14 de Octubre de 1996, Lima Perú)

14 de Octubre de 1996

Ayer amanecí sabiendo que mañana me iba a sentir muy mal. Hoy desperté dándole un beso a la ausencia que dejaste en mi cama, como diría el Sabina que escucho ahora. He tomado un poco de vino. Bueno, no te puedo mentir nunca. Estoy ebrio, pero ebrio de tantas cosas y tan pocas a la vez que el vino, este vino que mancha el papel, simplemente es un complemento a mi embriaguez, un elemento accesorio. Es muy probable que mañana no pueda poner esta carta en el buzón. Es probable que sea parte de las palabras que nunca te dije, pero que siempre pensaré. Hoy es 14 de octubre, pero para mi es una noche de abril, de mayo, otra de junio, una noche más en la que ebrio te doy una carta que nunca escribí, o te escribo una carta que nunca te doy, es una noche igual a cada noche de cada mes en el que no estás. Pienso, cayéndome por el sopor de la nostalgia, mi nostalgia que siempre es tuya, en cuál fue la razón de tu partida. ¿Fue acaso por necesidad? ¿La falta de esperanzas para conseguir algo acá te hizo huir? Yo siempre te dije, te juré, te prometí que estaría a tu lado. Que lucharía contra el mundo si fuera necesario. ¿Acaso no cumplí mi promesa? ¿No me peleé con mi madre y renuncie a todo lo que mi familia tenía por ti? Tú siempre decías que no me amabas por cómo me llamara, por cuánto dinero tuviera, por lo que hiciera, sólo por ser yo. ¿O fue acaso por mi que fuiste? ¿Fui yo el culpable de todo?
No puedo seguir escribiendo estas palabras que nos hacen daño a los dos.
Te extraño como siempre.
Espero tu respuesta –como siempre.
Un beso –como siempre.
Rafo –el de siempre.

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