Hoy hubo tanto viento en Lima que María pensó que iba a haber un temblor. En la oficina se escuchaba el silbido que deja el aire correteando por la ciudad. Por momentos me parecía escuchar que silbaba una canción, esa que dice “...lejos lejos de casa no tengo nadie que me acompañe a ver la mañana...” de Serú, ¿te acuerdas cuando la cantaba Esteban? Que buena canción, yo te la susurraba a veces en noches en las que dudabas si te amaba, pero nunca oías. María me regañó cuando me puse a silbarla, porque Don Amador aún está de mal humor. A veces no llega al trabajo, está muy jodido. El otro día me lo encontré comprando vino en Queirolo. Estaba medio ebrio y en medio de su embriaguez buscó un rostro familiar –osea a mi- para compartir las penas y ahogarlas . Está de más decirte que al día siguiente no me regañó por llegar tarde porque nunca llegó.
Y María está muy rara conmigo. En general, está extraña, ahora en sus ojos veo un aire como a esperanza. Parece que está enamorada. La he fastidiado un par de veces con eso pero sólo he llegado a sacarle un rostro sonrojado y la promesa de que me lo va a contar uno de estos días. Ahora estoy escuchando esa canción, Eiti Leda. Sabes, me sentiría más identificado con la letra si hubiese un subterráneo en Lima para decirte que olvidé mi sombra en un subterráneo. Otra diferencia de la letra –muy argentina para tu gusto- con la realidad es que la ciudad en estos tiempos no se nos mea de risa, porque se muestra triste. Es más, utilizando tus palabras llegaría a decir que se caga de pena. Debe ser que las cosas se ven dependiendo del estado de ánimo en el que estas, o en este caso, estoy. Todos los del grupo, Manolo, Pedrín y Samuel me sacaron este fin de semana. Terminé igual que todas las noches. Ellos con una mujer al brazo y yo hablándole a una botella acerca de ti. Me contaron que me habían presentado a una mujer, pero me cuentan que la miré y le dije “tus ojos no se comparan a los de ella”. y lo único que te puedo decir es que si alguien me preguntara quién fue la que le robó el mes de Abril a Sabina, no sabría qué responder, pero si me preguntarán quién me robo todo este año y la vida de paso, con una botella del vino encima tendría la respuesta. Vaya que no puedo con mi genio, yo que no quiero ponerte algo así y lo termino haciendo. En fin, siempre me dijiste que te gustaba lo espontáneo que era, pero ahora no debo serlo, no estás aquí. ¿Me dijiste que venías? Sería bueno, atraerías así un par de meses al verano, definitivamente el sol limeño te va a querer ver. Escríbeme explicándome eso por favor. Además dime por qué no quieres que te llame, extraño tu voz.
Bueno, en fin, espero que no sea el 28 de diciembre, porque sabría que es una de tus bromas de fin de año.
Te escribo la próxima semana, espero tu respuesta.
Un beso.
Rafo.
Y María está muy rara conmigo. En general, está extraña, ahora en sus ojos veo un aire como a esperanza. Parece que está enamorada. La he fastidiado un par de veces con eso pero sólo he llegado a sacarle un rostro sonrojado y la promesa de que me lo va a contar uno de estos días. Ahora estoy escuchando esa canción, Eiti Leda. Sabes, me sentiría más identificado con la letra si hubiese un subterráneo en Lima para decirte que olvidé mi sombra en un subterráneo. Otra diferencia de la letra –muy argentina para tu gusto- con la realidad es que la ciudad en estos tiempos no se nos mea de risa, porque se muestra triste. Es más, utilizando tus palabras llegaría a decir que se caga de pena. Debe ser que las cosas se ven dependiendo del estado de ánimo en el que estas, o en este caso, estoy. Todos los del grupo, Manolo, Pedrín y Samuel me sacaron este fin de semana. Terminé igual que todas las noches. Ellos con una mujer al brazo y yo hablándole a una botella acerca de ti. Me contaron que me habían presentado a una mujer, pero me cuentan que la miré y le dije “tus ojos no se comparan a los de ella”. y lo único que te puedo decir es que si alguien me preguntara quién fue la que le robó el mes de Abril a Sabina, no sabría qué responder, pero si me preguntarán quién me robo todo este año y la vida de paso, con una botella del vino encima tendría la respuesta. Vaya que no puedo con mi genio, yo que no quiero ponerte algo así y lo termino haciendo. En fin, siempre me dijiste que te gustaba lo espontáneo que era, pero ahora no debo serlo, no estás aquí. ¿Me dijiste que venías? Sería bueno, atraerías así un par de meses al verano, definitivamente el sol limeño te va a querer ver. Escríbeme explicándome eso por favor. Además dime por qué no quieres que te llame, extraño tu voz.
Bueno, en fin, espero que no sea el 28 de diciembre, porque sabría que es una de tus bromas de fin de año.
Te escribo la próxima semana, espero tu respuesta.
Un beso.
Rafo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario