miércoles, 16 de abril de 2008

1996 (2 de noviembre del 1996, Lima Perú)

Esta noche el cielo estalla en formas de infinitos colores con palabras que profanan tu recuerdo, con nubes que cubren tu voz, esta noche pienso caer en la libertad de no saber qué hacer sin ti. Esta noche el recuerdo navega perdiéndose en alcohol, viaja nuevamente ebrio mirándote sin tenerte, confundiéndote con cualquier reflejo de luz. Esta vez tu ausencia encubierta está compartiendo como antes noches de bohemia, noches de romance hasta el amanecer, noches de labios encontrados en la oscuridad y mentes perdidas entre el suave néctar de uva que tanto nos ayudaba a dejar de pensar en el mundo, en la responsabilidad de vivir.
Esta noche no estoy solo. En la cama, aquella que sintió nuestro infinito goce perdiéndose entre palabras besos, gemidos, rasguños y mordidas -reflejos de nuestro instinto sadomasoquista- , estás durmiendo mientras te escribo. Quizá no tengas, en esta noche, la piel como antes. Quizá tu voz no tenga el mismo aroma de siempre. Quizá no seas tu la mujer a la que amé esta noche llorando entre el placer de tenerte una vez más. Quizá no fueron para ti todas las palabras que susurré mientras nuevamente entraba en ti, mientras que nuevamente formábamos la unidad aquella que nunca debió separarse. Quizá no sean por ti las lágrimas que brotan de mis pupilas mientras te observo cambiada, echada en la cama de nuestro amor.
Quizá nada sea lo que es en esta noche.
Quizá no sea yo el que te escribe esta carta.
Quién sabe.
Como siempre, tuyo siempre
Rafo.

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